A mediados de mayo, el Presidente de China, Xi Jinping, será el anfitrión de la cumbre de países sobre la iniciativa: Un Cinturón-Una Ruta; la que pretende millonarias inversiones en proyectos de infraestructura a través de Asia, Africa y Europa. La iniciativa gira esencialmente en torno al tema de la conectividad, la cooperación y la integración global. Sin embargo, numerosos actores internacionales no se sienten cómodos ante el liderazgo chino en esta materia. El ascenso de China ha creado una nueva división ideológica entre los pro-China y los anti-China, que pareciera ser el mayor obstáculo para hacer realidad el proyecto. Las derivadas del Plan Marshall, para reconstruir Europa Occidental, tuvieron en gran parte la misma percepción. Pero a pesar de que estaba dirigido directamente contra la Unión Soviética, el plan fue recibido con poca resistencia. Efectivamente, hay cosas que China podría haber hecho mejor. Pero Un Cinturón-Una Ruta representa la intención china de hacer algo por el mundo. Es injusto no darle una oportunidad.
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